miércoles, 6 de junio de 2012


Siento que mi ventana se empaña con cada respirar que sale de mis labios. Puede que no se note a simple vista, pero el aire que brota de mis pulmones esta cargado de historia y todo el vidrio queda impregnado de mí. ¿Como ver a través, lo que hay por fuera, si lo único que veo es mi reflejo? Pero no lo puedo pasar por alto, me preocupan esas ojeras y esa sonrisa ladeada. O por qué estoy tan cabizbaja. Y a pesar de saber que infeliz no soy, es confuso verme así. ¿Que estará pensando esa cabeza? o mejor ¿Por qué pensará tanto? Si soy tan simple por fuera, por qué no poder serlo en mi interior. La complejidad es una virtud o un castigo. O pueden ser las dos. Todos necesitamos tiempo con nosotros mismos. Tomo en mis manos las mangas de mi buzo y comienzo a despejar de mi aliento a la ventana. Ya tuve suficiente de mi, ya me culpe, ya me odié, ya me lastime y sangré, ya me arrepentí y me perdoné, me reconcilié y me amé. Es hora de mirar a alguien más, de conocer a alguien más, de amar y entregarme a alguien más.